¿Dónde están las patatas de antes?
La calidad ha cedido ante la producción en masa
Hoy en día, cocinar con patatas es una lotería:
Lo notas cuando intentas hacer la receta de la abuela (y no hay forma).
Lo sufre el restaurante que quiere servir comida digna (y se lo ponen difícil).
Lo vive el negocio de barrio que busca calidad para ver de nuevo a sus clientes (y no tiene con qué).
Las patatas pasan por mil manos antes de llegar al supermercado.
Se aceleran procesos, se conservan en frío extremo… y llegan como cartón: sin sabor, sin textura, sin alma.
Cada receta puede ser una decepción.
¿También tú te lo preguntas?
¿Dónde están las patatas de antes?
No están en las grandes cadenas.
No están en los procesos industriales.
Algunas aún existen.
En lugares pequeños, donde la tierra, el tiempo y las manos todavía importan.
Ahí nacen nuestras patatas.
Ahí empieza nuestra historia…
La raíz y el corazón de Patatas Villajos
Todo comenzó con nuestro abuelo Isidoro (a la izquierda), que sembraba patatas para su casa y compartía con vecinos y amigos.
Luego nuestro padre Isidoro (a la derecha), convirtió, con visión y valentía, ese legado en un negocio. Vendía para la industria, pero manteniendo nuestros valores: respeto por el producto, cercanía y honestidad.
Hoy, nosotros, Isidoro y Javi…
la tercera generación, seguimos cultivando estas patatillas con respeto y cariño en Campo de Criptana (Ciudad Real). Y ahora, te las acercamos a ti, a un solo clic.
NUESTRA HISTORIA
Después de una comida con sabor a hogar…
Todo empezó como empiezan las buenas decisiones:
Con una comida en casa.
La mesa todavía estaba llena de platos vacíos, el vino a medio acabar y una sobremesa de esas que se alargan sin prisa.
Nuestra madre nos reunió y preparó una comida como las de antes. De esas que huelen a domingo. De las que te hacen cerrar los ojos y pensar:
“Así sabían las cosas cuando éramos niños”.
Las patatas eran, como casi siempre, las protagonistas del plato.
Y ahí, entre anécdotas y bocados, lo supimos: había que recuperar ese sabor y compartirlo de forma directa con muchas personas.
– Cuando los dos hermanos decidimos seguir el camino de nuestro padre, empezamos vendiendo nuestras patatillas para la industria, como tantos agricultores hoy. Trabajábamos sin descanso, pero el fruto de nuestra tierra terminaba en manos de grandes cadenas.
Nos pagaban poco y vendían caro-.
Entre risas, bromas, y alguna queja amarga, ese día nos miramos los dos y uno de nosotros dijo lo que los dos pensábamos:
“Vamos a vender al cliente final».
Ahí, sin grandes discursos ni planes de negocio.
Solo con la convicción de dar valor a lo que hacíamos.
Llevar nuestras mejores patatillas y cebollas a quienes de verdad las saben apreciar:
- A las madres y padres que cocinan con cariño para su familia.
- A los pequeños negocios que cuidan cada cliente.
- A los chefs que miman cada plato.
- A ti.
Hoy somos una pequeña empresa familiar que cultiva como antes: respetando la tierra, el tiempo y el sabor.
Sin prisas ni atajos (Patatas Villajos :))
Cinco años después, nuestras patatillas viajan del campo directas a tu puerta. Sin intermediarios, sin perder su esencia y a un precio justo.
Este momento lo recordaremos siempre.
La primera vez que una clienta nos dijo:
“Ya no quiero probar otras patatas”.
POR QUÉ LO HACEMOS
Porque queremos que tu receta empiece bien
Para que vuelvas a saborear lo de antes.
Para que cocines con orgullo y triunfes con tus platos.
Porque una buena comida familiar lo vale.
Un trato justo y directo
Vendemos sin intermediarios. Pagas por patatas que valen lo que cuestan, sin sobreprecios ni márgenes inflados. Lo justo para ti. Lo justo para nosotros.
Sabor real que transforma tu cocina
Recuperar el sabor perdido no es nostalgia, es calidad. Sin agua de más. Sin harinas añadidas. Solo sabor y textura. Nuestras patatillas aguantan la cocción, doran bien y saben a gloria.
Respeto por la tierra y por tu mesa
Cultivamos las patatas como se hacía antes: respetando la tierra, el tiempo y el sabor. Cuidando el suelo que nos da de comer. Porque una patata buena nace de un campo sano.
¿Te animas a disfrutar de patatas de calidad?
Haz tu primer pedido hoy y vuelve a cocinar como antes
TODOS LOS LUNES ENVIAMOS TU PEDIDO
Lo recibes en 48-72 h
(España peninsular)
Nuestros clientes te cuentan por qué repiten
Necesitaba un producto que se adaptara a las exigencias de mi negocio y encontré en Patatas Villajos el cuidado que buscaba.
La experiencia que tienen y el trato al producto marcan la diferencia.
Mis clientes lo notan y lo valoran. Recomiendo sus patatas a quienes buscan calidad tanto en el producto como en los procesos.
Buscaba patatas que no oscurecieran al freírlas y de mucha calidad para mi restaurante.
Me recomendaron a Javi. Sus patatas no fallan. Me sirve de forma rápida y con una atención personalizada que es un lujo.
Yo busco que la patata no se deshaga al cocinarla y que sepa a patata. Patatas Villajos cumple estos dos requisitos.
Me da mucha seguridad saber cómo es su proceso de trabajo (lo enseñan en sus redes sociales).
Cuando no es temporada de sus patatas apenas las consumo, porque ya no puedo adaptarme a otras que no sean las suyas.
Ellos confían en nosotros para ofrecerte lo mejor
¿Por qué elegir nuestras patatillas de calidad?
Producto natural sin intermediarios
Cultivamos la patata Rudolph, variedad versátil, sabrosa y con excelente textura para freír, cocer o asar.
Las conservamos en cámaras frigoríficas entre 7 y 10 ºC, la temperatura ideal para evitar la producción de almidón. Y, sin pasar por intermediarios, van directas del campo a tu puerta.
Cultivadas con mimo en tierras manchegas
Somos una familia de agricultores con tres generaciones de experiencia en Campo de Criptana (Ciudad Real).
Seleccionamos y cosechamos a mano respetando la tierra y asegurando una patata con sabor y consistencia.
Llegan frescas donde nos digas en 48-72 h
Vendemos online y enviamos a domicilio (España peninsular) en 48-72 h. Frescura y sabor real.
Todos los LUNES gestionamos tu pedido.
En todos nuestros precios ya están incluidos los gastos de envío.
